miércoles, 18 de abril de 2012

De patas, telas, ánimos y otras yerbas...

Hoy es uno de esos días en que todo parece salir mal; nada grave claro...
Me desperté una hora más tarde por ver mal las agujas (o era mi inconsciente que quería hacer un poco más de fiaca?), y después estuve toda la mañana corriendo atrás de esa hora perdida. Al mediodía pude dedicarme de lleno al desafío de probarle las nuevas patas a la cama como tenía planeado
Ya desde días anteriores había estado intentando comprar las clásicas patitas de madera de sommier (unos cms más altas que las que tengo) sin ningún éxito. Finalmente me decidí por unas de acero que vendían en Sodimac de 40cm de alto. Al verlas sueltas no parecían tan altas... pero ni bien se las puse a la cama se hizo evidente que no iba a poder usarlas. La cama parecía alta como de hospital, y la estética del metal no le iba ni por casualidad. Voy a tener que pensar otra opción, porque esta no es viable.
Sin embargo, yendo a lo positivo, sí conseguí las telas que quería, elegí 3: Dos algodones de piqué y un corderoy liviano: Dos lisas y una rayada: Un celeste, un beige (el corderoy), y una de rayas que integra los dos colores...
Nunca fui muy amante del corderoy. Sin embargo me gustó como se tornasolaba, y la robustez de la tela para hacer el volado del sommier. Y el color elegido creo que va a dar un poco de calidez al celeste de los otros dos géneros.

Algo que siempre levanta mucho el espíritu de una casa es tener flores. Siempre intento tener un ramo en la mesa, y en las macetas -cuando el clima ayuda- siempre me encuentro con algunas. 
Las lavandas nunca fallan, pocas veces las agarraron bichos (como por ejemplo a los jazmines) y siempre dan muchas flores con muy buen olor.




Espero en los próximos días tener más progresos para contar en relación al makeover del dormitorio.


LV

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